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domingo, 13 de marzo de 2011

DEL CELULOIDE AL CINE DIGITAL



Tres kilómetros de cinta han quedado reducidos a 120 GB: la tecnología actual ha revolucionado por completo el arte de hacer películas. Los hermanos Lumière no hubieran imaginado hasta que punto…

La tecnología digital y el 3D han revolucionado la técnica cinematográfica, que, con excepción de la llegada del sonido y el color, no había experimentado grandes avances desde los hermanos Lumière.
También han cambiado las razones por las que el público acude a las salas: casi un 10% acude exclusivamente para ver una película 3D y el 72% aseguran que la calidad tecnológica del cine determina la elección del mismo frente a otros criterios como comodidad, ubicación, etc.…, según un informe de Kinépolis.
En sus instalaciones de Madrid, Roberto Rello, jefe de cabina, nos demuestra que aunque el cine digital se ha implantado al 100% en otros países, en España aún está muy presente el celuloide. Acaban de llegar los estrenos: cinco películas en 35 milímetros y dos en digital.

Todavía estamos en transición, pero el “cambio es brutal”, asevera. En los rodajes ya no necesitan latas con kilómetros de negativo: todo va directo al disco duro, y de ahí al ordenador para el montaje y la posproducción. El largo, laborioso y carísimo proceso de revelado y montaje en laboratorio pasará a la historia. Un ahorro de costes y tiempo que también incluye la tirada, el transporte y la proyección. “Todo ha cambiado”, insiste Roberto, y así lo muestra:

LA ANTIGUA USANZA
1.        La recepción. Las películas llegan a la sala de proyección despiezadas en bobinas.
2.       El montaje. La película se prepara para su exhibición en unos puestos de montaje donde se empalma con mucho cuidado el contenido de las bobinas y se añade el metraje de la publicidad, los tráileres… El montaje dura una hora y media.
3.       Transporte. La torta se traslada en un carrito especial hasta la sala donde se va a proyectar.
4.       Proyección. La película se coloca en una mesa junto al proyector y se engancha la cinta a ella. En el propio celuloide va insertada la banda del sonido, en digital.

PROYECCIÓN DIGITAL, UN DISCO DURO: LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS.
 
1.       La recepción. La película es un archivo comprimido en formato jp2000 (pesa entre 90 y 150 GB) y llega al cine en un disco duro, protegido en un maletín acolchado, o vía satélite.
2.       Descarga. El nuevo film se descarga en un servidor central. El archivo está encriptado, y únicamente el propio proyector puede desencriptarlo.
3.       Montaje. La publicidad y los tráileres se insertan a través de un programa en apenas unos minutos. Desde el servidor central se copia el archivo final en el servidor del proyector digital de la sala correspondiente.
4.       Proyección. Desde el servidor del proyector se inicia la película. Los proyectores digitales tienen una calidad 2K (2048x1080 píxeles de definición/fotograma), pero ya se están empezando a instalar los primeros aparatos en 4K (4096x2160 píxeles de definición/fotograma), que multiplican la definición por cuatro.

EL FUTURO… YA
Pros y contras. Muchos sostienen que el cine digital 2K no puede igualar en profundidad de colores ni en definición al analógico, ya que este último se basa en un proceso fotoquímico. Otros sostienen que esta diferencia es inapreciable y que, en cambio, el celuloide sufre desgaste en cada proyección, al contrario que el digital.
Además, el cine digital permite la proyección en streaming (simultánea) de eventos deportivos y culturales como la ópera, incluso en 3D. El futuro apunta a cines sin proyector, donde la pantalla se comporta como un televisor gigante. Pero eso aún es ciencia ficción.

LOS SECRETOS DEL CINE 3 D

El cine 3D se rueda con dos cámaras que emulan los ojos, a 24 fotogramas por segundo, como el cine convencional. Pero al proyectar, no lo hace a 48 herzios (proyecta dos veces el mismo fotograma) sino a 144 herzios (proyecta seis veces el mismo fotograma, tres con la imagen que recibimos por un ojo y otras tres por el otro). La imagen atraviesa un filtro polarizado al ser proyectado y es “interpretado” por el cerebro a través de las gafas, también polarizadas. Un filme tradicional se puede volver 3D desdoblándolo en el montaje, pero sus resultados son más pobres.
 
¿SABÍAS QUÉ… una película de 90 minutos ocupa cinco bobinas con unos 3000 metros de cinta... Qué cada entrega del El Señor de los Anillos ocupaba nueve bobinas.... Qué una copia en 35 milímetros (celuloide) cuesta 1.000 euros… Que una copia digital cuesta 230, pero hay que sumarle 600 del impuesto especial que lo grava… que los proyectores usan bombillas de 6.500 vatios (las domésticas son de 60) que cuestan 1000 euros y que un proyector digital vale 120.000 €?

Artículo extraído del periódico “20 minutos” y la autora de este artículo es Arancha Serrano. Adaptado para el blog por Virginia. 

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